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Nuestra Misión
Nuestra Filosofía
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Es ser una Facultad líder y competitiva, actuar bajo el Señorío de Jesucristo, y comprometidos con la Espada del Espíritu; responder de manera interdenominacional a la demanda de formación, preparación y superación de quienes han sido constituidos por Dios al ministerio, cuyos egresados posean una sólida formación integral sustentada en l
Es ser una Facultad líder y competitiva, actuar bajo el Señorío de Jesucristo, y comprometidos con la Espada del Espíritu; responder de manera interdenominacional a la demanda de formación, preparación y superación de quienes han sido constituidos por Dios al ministerio, cuyos egresados posean una sólida formación integral sustentada en los valores eternos, que los conviertan en agentes de cambio, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio (Ef. 4:11-16).
Nuestra misión
Nuestra Filosofía
Nuestra Misión
1- Promover el reconocimiento académico del rico potencial que existe en el liderazgo del cuerpo de Cristo, como son: Directores y ejecutivos de organizaciones ministeriales: Apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros…
2- Proveer información académica y adiestramiento a miembros de las iglesias para incorporarse al trabajo act
1- Promover el reconocimiento académico del rico potencial que existe en el liderazgo del cuerpo de Cristo, como son: Directores y ejecutivos de organizaciones ministeriales: Apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros…
2- Proveer información académica y adiestramiento a miembros de las iglesias para incorporarse al trabajo activo y eficiente en el ministerio Cristiano.
3- Proveer de un plan permanente de actualización para trasladar y dejar sembrada una visión fresca y actualizada de lo que en el “mundo espiritual y natural” está sucediendo.
4- Facilitar la profesionalización del ministerio, acercando la Facultad al estudiante. 5- Así mismo proporcionar al alumno una capacitación actualizada, bíblica, teológica y ministerial; de modo que desarrolle un ministerio centrado en la voluntad de Dios, una visión renovada, carácter fundamentado en la Persona de Jesucristo y el ejercicio de los dones espirituales, para responder a los desafíos y oportunidades que presenta nuestro contexto histórico y social.
Nuestra Filosofía
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Afirmamos la inspiración divina, la veracidad, y la autoridad tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento en su totalidad como la única Palabra de Dios escrita, sin error en todo lo que afirma, y la única regla de fe práctica (2Ti. 3:16,17; 2P. 1:20,21). Creemos que ésta inspiración es plenaria, verbal y sin errores en los manuscritos ori
Afirmamos la inspiración divina, la veracidad, y la autoridad tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento en su totalidad como la única Palabra de Dios escrita, sin error en todo lo que afirma, y la única regla de fe práctica (2Ti. 3:16,17; 2P. 1:20,21). Creemos que ésta inspiración es plenaria, verbal y sin errores en los manuscritos originales. Creemos que es la expresión completa y final de la voluntad de Dios (Ap. 22:19; Jn. 18:37), y es deber nuestro obrar con fidelidad a sus enseñanzas (Jos. 1:8, 18; 1Ti. 4:1-3; 2P. 2:1-3). De ésta convicción derivamos los siguientes artículos de fe:
1- Dios. Creemos que Dios es uno en esencia, pero eternamente existente en Tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Idénticas en naturaleza, atributos y perfecciones; en quien todas las cosas tienen su origen, sostén y fin (Gn. 1:1; Dt. 6:4; Mt. 28:19; Jn. 4:24; 15:26; 1Co. 8:6; Col. 1:17).
2- Jesucristo. Creemos que Jesucristo es la Imagen del Dios invisible. Dios mismo hecho carne. Existió antes de su encarnación como el Verbo Eterno y Verdadero Dios (Jn. 1:1; 8:58; 17:5, 24; Col. 1:13-17; He. 1:5-8; 2:10). Concebido por el Espíritu Santo y nacido de la virgen María (Is. 9:6; 7:14; Mt. 1:18-25; Jn. 1:14; Gá. 4:4; He. 2:14; 1Ti. 3:16). Murió por nuestros pecados, fue sepultado, resucitó de entre los muertos, ascendio a los cielos donde intercede por nosotros y vendrá por segunda vez de manera personal (Hch. 1:9-11; Fil. 3:20,21)
3- El Espíritu Santo. Creemos que el Espíritu Santo ministra ahora en el mundo convenciéndolo de pecado, de justicia y de juicio (Jn. 16:7-11). Que no es una fuerza impersonal, ni una influencia, sino que es persona, pues posee los elementos constitutivos de la personalidad: Intelecto (1 Co. 2:10,11), sentimientos (Ef. 4:30), y voluntad (1Co. 12:11). Que mora en todo aquel que ha creído en Cristo como su Salvador; para guiar a cada creyente, sellarlo para el día de la redención (Ef. 4:30), y limpiarlo de todo pecado por la sangre de Cristo; hacerle producir fruto (Gá.5:22,23) y ejecutar su voluntad, repartiendo sus dones a cada creyente como Él quiere (1Co. 12:1-11; Jn. 16:13; Ef. 1:13; 4:30).
4- El hombre. Creemos que el hombre fue creado por Dios a su Imagen y Semejanza (Gn. 1:26, 27), y que éste cayó de su grandeza original al pecar contra Dios (Ec. 7:29; Ro. 3:10-23), atrayendo sobre sí y sobre toda su descendencia las consecuencias de su pecado, y que está de continuo inclinado al mal y por lo tanto, destituido de la Gloria de Dios (Sal. 53:1-3; Ro. 6:23). Que Dios en su misericordia ha provisto en la Persona de Jesucristo, su Hijo, la redención del hombre pecador (Jn. 3:16; Ro. 3:24-26; 2Co. 5:19; 1Jn. 2:2). Que el destino final del hombre redimido es el cielo (Jn. 17:24; Fil. 3:20, 21; Ap. 21:1-4), así como el del hombre irredento es el tormento eterno en el lago de fuego (Mt. 25:46; Ap. 20:11-15).
5- El pecado. Creemos que el pecado es la trasgresión de la ley de Dios y la falta de conformidad a ella. Todos los hombres son pecadores y están destituidos de la Gloria de Dios (Pr. 8:36; 1Jn. 2:16; 3:4).
6- La salvación. Creemos que la salvación es la aplicación de la obra redentora de nuestro Señor Jesucristo en el hombre efectuada por el Espíritu Santo. En ella el hombre es: Justificado, regenerado, santificado y glorificado (Ro. 5:1-9; 8:30). Que la salvación es por gracia y no por obras, mediante el arrepentimiento y la fe en el sacrificio expiatorio del Señor Jesucristo y que es un favor inmerecido mostrado por Dios a la humanidad por medio de Cristo (Mr. 1:14,15; Jn. 3:16-18; Hch. 3:19; Ef. 2:8,9).
7- La iglesia. Creemos que la iglesia la integran los creyentes en Jesucristo y es local y universal; visible e invisible, militante y triunfante. Y, siendo imposible que ésta multitud se reúna en un sólo lugar para tener comunión y para servir y adorar a Dios, es conforme a la razón y autoridad por el ejemplo de las Escrituras, que se divida en muchas congregaciones locales (Ap. 2:1, 8, 12,18; 3:1, 7,14). Su tarea es glorificar a Dios y testificar de Jesucristo como Único y Verdadero Salvador. Siendo una comunidad regenerada, dará testimonio del Poder de Cristo (Hch. 2:14-41; Mt. 28:19, 20; Mr. 16:15-18).
8- Los dones o ministerios. Creemos en los dones o ministerios impartidos por Cristo a su iglesia. Ministerios fundamentales para la salud, equilibrio y desarrollo de la iglesia en el mundo, estos son: Apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. El propósito de los mismos es perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo… (Ef. 4:8-16).
9- La santificación. Creemos que la santificación es la voluntad de Dios para todos los cristianos, es necesaria para servirle, y sin ella nadie verá al Señor. Es obra del Espíritu Santo, dando al creyente el poder necesario para llevar una vida santa y es deber del hombre salvo conservar su vida en santidad hasta el fin (1Ts. 4:3-5; 5:23; 2Ti. 2:21; He. 12:14). Creemos que si un hombre es salvo y cae en pecado por su descuido y muere en él, se pierde eternamente (He. 3:12,13; 10:26, 27; Ap. 2:21).
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